La historia de Jessica
Cuando Jessica volvió a su hogar a vivir con su familia, todos estaban entusiasmados. Pero nadie más que su hermano menor, Jacob. A minutos de su llegada, le ofreció un concierto personal de violín y guitarra. “¿De verdad?”, le preguntó a su madre. “¿De verdad volvió para siempre? Estuve soñando con esto desde que tenía dos años”.
Cuando Jessica tenía tres, la llevaron a un centro para niños con problemas médicos. La madre no podía manejar sus necesidades médicas complejas con dos hijos pequeños y casi ningún apoyo domiciliario.
Siete años después, EveryChild comenzó a trabajar con los niños que vivían en ese centro. Kimberly, la Coordinadora de Recursos Familiares de EveryChild, ya conocía a Jessica y a su madre. Alguna vez, el hijo de Kimberly había vivido en el mismo centro que Jessica.
Como sabía que Kimberly entendía realmente lo que implica ayudar a un niño con necesidades complejas en el hogar, la madre de Jessica estaba dispuesta a escuchar a Kimberly hablar de otras opciones. Pasaron muchas cosas desde que había dejado a Jessica allí. Se había vuelto a casar, había vuelto a estudiar enfermería pediátrica y el hermano de Jessica había crecido. Después de un par de meses de reflexionar y rezar, sabía que era el momento adecuado para que Jessica volviera al hogar.
Kimberly reunió el apoyo que haría que el regreso de Jessica al hogar fuera exitoso, el cuidado de una enfermera, rampas para sillas de ruedas, una silla de ducha, un respirador, equipos e insumos médicos, y servicios de relevo del Programa de Niños Dependientes del Cuidado Médico. Desde el primer concierto de violín de Jacob, la familia enfrentó al futuro unida, bajo un mismo techo.
“Traerla a casa es sin duda lo mejor que pudimos haber hecho”, dice la mamá de Jessica. “Es un solecito absolutamente precioso. Su sonrisa no solo ilumina un fin de semana, sino todos los gloriosos días. ¡Agradezco a Dios por ella!”