La historia de Bryan
Hasta que cumplió 10, el único lugar en el que Bryan había vivido era un centro de residencia lejos de su familia. Como había nacido con varios problemas de salud que ponían en riesgo su vida, no se esperaba que viviera por mucho tiempo. Su familia se resistió, pero aceptaron el consejo del médico de llevarlo a uno de estos centros. Por su ubicación remota y rural, a los padres y hermanos de Bryan se les hacía difícil visitarlo con frecuencia. Y la falta de personal que hablara español hacía que la comunicación fuera difícil para ellos.
Años más tarde, cuando la salud de Bryan empeoraba, los médicos aconsejaron que se mudara más cerca de los servicios médicos avanzados que necesitaba y que solo estaban disponibles en un área metropolitana más grande. Los servicios recomendados resultaron estar cerca de su familia. A pesar de que su familia estaba encantada de que el hijo estaría cerca, las circunstancias no permitían brindarle los cuidados complejos que necesitaba en el hogar.
EveryChild les ofreció la posibilidad de encontrar una Familia de Apoyo para Bryan. Su padre era muy escéptico. ¿Una familia podría con las necesidades médicas de Bryan? ¿Esto significaría renunciar a su hijo? ¿Otra familia trataría de reemplazar la familia de Bryan? ¿Realmente estarían dispuestos a que la familia de Bryan estuviera presente en la vida de él? Tenía dudas; necesitaba ver para creer. Desafió a EveryChild: “Demuéstrenmelo”.
El personal de EveryChild sabía que tenía que encontrar una familia que aplacara sus miedos. Encontraron una Familia de Apoyo cerca de la familia de Bryan. Apenas se conocieron, el padre de Bryan sintió una conexión. La familia hablaba español. Tenía experiencia en el cuidado de niños con necesidades médicas. Vivían muy cerca del centro médico al que Bryan tenía que ir tres veces por semana. Y de inmediato y con afecto invitaron a la familia de Bryan a que fuera parte de la vida de él. Ahora las familias se fusionaron en una gran familia extendida.
Cuando a Bryan le cortaron el cabello “como niño grande”, lo acompañaron sus dos papás, el suyo y el de la Familia de Apoyo. Este hito de la infancia es solo una de las actividades felices que Bryan compartió con dos familias que lo aman profundamente.